La mujer más venerada y querida en todo el Zulia es la Virgen de Chiquinquirá, que la devoción popular rebautizó como su Chinita. Ella nos llegó a Maracaibo sobre las ondas del lago, como el mejor regalo de Dios. Noviembre en todo el Zulia, y muy especialmente en Maracaibo, es el mes de La Chinita. La celebración, que alcanza su clímax el 18 de noviembre, comienza el último sábado de octubre con la bajada de la Virgen y se enlaza ya con las fiestas de Navidad y de Año Nuevo. En estos días, la gaita brota con especial frenesí y la alegría y el fervor inundan el corazón de los zulianos. Pareciera que la luz se volviera más dulce y toda la ciudad es una enorme sinfonía de plegarias y de música. Y, al ver la alegría de sus hijos, se ensancha la sonrisa en el rostro de de la Virgen y su corazón repica de gozo.
Este año La Chinita está especialmente feliz pues estrena pisos nuevos, una ofrenda de fe y amor del Grupo Marmoca. Amor a la Chinita y amor a los zulianos, pues al homenajear a ella, nos están homenajeando a todos sus hijos, que queremos lo mejor para nuestra Madre. Buena y muy loable iniciativa la de celebrar sus 50 años con este extraordinario regalo sustituyendo los 632,10 metros cuadrados de los antiguos pisos llenos de huecos, por los actuales, donde relucen y se combinan magistralmente distintos tipos de mármol, algunos de tonalidades suaves y claras, otros más vivos y fuertes, donde sobresalen los rojos, verdes y marrones. Todos recorridos por un tejido de venas que parecen nacer en el corazón de los muy diversos mármoles y los riegan de belleza y vida. Toda la obra, en la que se combinan armoniosamente los rombos, cuadrados y rectángulos, es una enorme sinfonía de piedras lujosas que entonan día y noche con sus voces mudas un canto de amor a La Chinita.
Merecen una mención especial los tres escudos de la entrada que fueron traídos de España, y el enorme rosetón de Alabastro Egipcio, en la nave central, inspirado en los tapices guajiros. Es el centro de la cruz, que demarca las entradas y pasillo del Templo. Resulta sorprendente cómo el nuevo piso combina y hasta rima en una especie de poema monumental con las columnas, bancas, frescos y los otros elementos escultóricos del templo.
¡Honor a quien honor merece! Gracias al Grupo Marmoca y a sus empresas Marmoca, Gramoca, Catemar, Morada y Máxima, y también a sus empresas aliadas ( Cosenca, Talleres Metalco, Grupo Altus, Maplex e Inversiones Angelini) que unieron talento y esfuerzos y derrocharon generosidad para llevar a cabo esta obra de fe, hecha con una gran sensibilidad y un gusto exquisito. Los trabajos se iniciaron el primero de abril y culminaron el pasado 10 de octubre con la entrega formal y la bendición de Monseñor Ubaldo Santana Arzobispo de Maracaibo, y Eleuterio Cuevas, Párroco de la Basílica.
Ojalá que esta nueva celebración de La Chinita nos una más y nos haga más compasivos y solidarios. La mayoría de nosotros no tenemos piedras que ofrecerle a la Chinita, pero podemos ofrecerle nuestra decisión de empezar a respetarnos y querernos como verdaderos hermanos.